El ómnibus de Cutcsa iba transitando rumbo a la ruta 8. De pronto una persona mayor comenzó a discutir airadamente con el chófer. En un asiento, Juan iba leyendo el libro "120"; en la misma fila, atravesados por el pasillo, estaba Mariana leyendo un libro de física cuántica para principiantes. Se miraron; y se rieron de la pelea. Luego de un intercambio de sonrisas Juan comenzó a hablar.
- ¿De qué están discutiendo estas personas?
- No se, no les estaba prestando atención - respondió la chica. - ¿Qué estás leyendo?
- 120, la historia del cuadro más grande de fútbol.
- Vaya a saber sobre qué cuadro de fútbol trata. - respondió la chica.
- ¿A dónde te diriges? - preguntó Juan.
- A algo muy aburrido. - respondió Mariana. - Estoy saliendo con un chico que es hincha de Liverpool, pero ya me tiene cansada. Se creía que como seguía en la sudamericana era el mejor del mundo, se vino con unos aires de Avellaneda después del 2 a 1; pensó que acá ganaban seguro y pasaban de fase. Hasta creyó que Liverpool iba a ser campeón de la sudamericana. Imagínate cuando perdió...un infeliz; hasta a llorar se puso. Yo le dije que se haga de un cuadro grande; que al menos si bien no van a ganar nada; pueden ver películas y vídeos de cómo ganaron antes.
- Entonces no te conviene. Yo soy del Manya el más grande; ahora en un rato voy al clásico; pero antes tengo una parada que hacer.
- ¿Qué parada? - preguntó Mariana
- Me voy a bajar en el terreno donde se va a construir el estadio de Peñarol; me voy a sacar una foto y la voy a subir a facebook.
- Ah, ¡pero vos estás más loco qué el!
- Estoy loco de amor por Peñarol. Mira, te voy a mostrar algo...
El chico muestra una especie de boleto
- ¿Qué es eso? - preguntó Mariana
- Un boleto de reserva para la butaca eterna en el estadio de Peñarol.
- Ah, pero a vos te faltan algunos tornillos
- Sí, eso dijo mi ex-novia. Me gasté la guita que estábamos ahorrando para un viaje en la butaca eterna; pues es algo que es para toda la vida y se la heredo a mis hijos. Ella se enojó y me dijo si seguís con esa idiotez van a heredar cuernos también; y dicho y hecho, andaba con el Wilson la muy perra, nunca más volvió.
- Y con razón.
- Soy del glorioso y hago cualquier cosa por Peñarol menos sacarme una falange. Pero la butaca es mía. Bueno acá me bajo. Se que te va a parecer raro lo que te voy a decir pero ¿te bajarías conmigo así pasamos más tiempo juntos?
- Sí -responde Mariana sin dudarlo. - La verdad que me pudrió el hincha de Liverpool, y además después le cuento a mis amigas que conocí a una persona que compró una butaca eterna en Peñarol... y le muestro la foto incluso; sino no me van a creer. Por fin voy a tener algo interesante para contar.
Se bajaron y caminaron hacia el cartel.
- Bueno - dice la chica. - La verdad que hace unos meses estaba saliendo con un hincha de Nacional que quería estrenar la bandera contra Liga de Loja. Pero vos lo superaste.
- Eh, que esa bandera es copiada - La nuestra es mucho mejor. Es la más grande del mundo. La idea fue nuestra.
- Mira -responde Mariana- No se si tu bandera es la más grande del mundo; pero quedate tranquilo que estoy seguro que nadie los va a superar en bandera más terraja del mundo.
- Pero anda, ¿qué decís?
- Primabera jaja, sí claro letra gótica. Espantosa idea... por favor. Es hasta peor que la estatua que le hicieron a Bengoechea.
- Para, mira que con esa bandera nosotros llegamos a la final de la libertadores
- Juan, ¿hasta cuándo vas a currar con que llegaron a la final de la libertadores? Ya fue, pasaron dos años. Un cuento diferente sería si la hubiesen ganado. Me haces acordar al que hacía la voz de Homero Simpson en Español. Cuando lo echaron vivió de vender su voz para comerciales. Terminó repartiendo alfajores en la rural del prado el pobre. Así van a terminar ustedes.
- Ta, no digas esa cosa que ya vamos a ganar.
- Sí me imagino. ¿Qué vas a hacer ahora?... ¿vas a repetir por vez ciento cuarenta la canción esa de "y ya verás... la copa libertadores vamo a ganar"... hasta que la ganen? . Por favor no. Que vuelvan a estar otros siete años sin jugarla. No aguanto escuchar más esa canción.
- Mariana, la verdad que te faltan solo las plumas para ser gallina. Pero mi corazón amarillo y negro tiene un lugar para vos.
-La verdad que vos pareces un tanto lunático; pero me atraes. Así que no hables más y besame.
- Yo solo beso el escudo de Peñarol... y a vos.
Y se besaron apasionadamente. En determinado momento deciden detener ese arrebato amoroso y se ponen a dialogar nuevamente.
- Juan, hay algo que te quiero decir.
- ¿Qué? - preguntó el chico.
- Estoy pasando re lindo contigo. Pero esto tiene fecha de vencimiento. Vos te vas ahora al clásico ¿verdad?
- Sí, sí, claro.
- Bueno, cuando te vayas no te voy a poder ver más.
- ¿Porqué? - pregunta Juan.
- La razón es que no bancaria estar contigo cuando pierdas. Ya van muchos clásicos que perdes; el bolso los tiene de hijos; no vas a tener consuelo después de que pierdas nuevamente otro clásico. Así que no le veo futuro.
- Pero vamos a ganar Mariana. ¿No confías en Peñarol?... Tenemos flor de equipo este año.
- Eso seguro lo venís diciendo hace ocho clásicos y mira cómo termina siempre la historia...
- Pero ¿y si ganamos?. ¿Te voy a poder seguir viendo?
- Menos que menos. Si llegas a ganar, te vas a olvidar que venís perdiendo todos esos clásicos. Te vas a agrandar de una forma que vas a estar insoportable, individualista, con la cabeza solo en Peñarol. ¿Qué van a hacer si ganan?... ¿van a tirarse al foso del estadio como unos desesperados?... ¿Darán incluso una vuelta olímpica?... ya me los imagino haciendo todo eso; para después perder las finales con Defensor... solo ustedes.
- Ta Mariana, basta por favor!! Dejemos que esto maravilloso que estamos teniendo dure hasta el comienzo del clásico. Besame.
Así caminaron por el terreno, se sacaron fotos y se fundieron en besos y abrazos.

- Mariana, me gustaría ser la primer persona que hace el amor en la cancha de Peñarol, por favor. Quiero ser el hombre más feliz del mundo.
Mariana esbozo una sonrisa; y después pegó una carcajada. Juan quedó rojo de la vergüenza, y triste.
- Perdona Mariana- dijo Juan. - No te quise ofender, pero ya está por empezar el clásico, es lo que siento, tenemos poco tiempo.
Juan tomó un lápiz, escribió algo y dijo - Mira te escribí un cántico.
Cómo me voy a olvidar
De la Mariana qué linda mina
Cómo me voy a olvidar
fue lo mejor que me pasó en la vida
El clásico iba a empezar
y se aproxima la despedida
Pero yo quise consagrar
Nuestro amor y pelar las pilchas
Es mi ilusión, desnuda verte
con mi mirada indecente
hacerte el amor en este lugar
Si queres después lo hacemos en el parque central.
Al escuchar esa canción; Mariana sonrió y a pesar de la vergüenza provocada por desnudarse ante un prácticamente desconocido, se quitó sus ropas; Juan hizo lo propio con las suyas y tuvieron sexo apasionado en el pasto. Luego quedaron acostados abrazados, hasta que el infame tiempo y la picazón provocada por los bichos colorados,los hizo pararse y alistarse para la despedida. Caminaron abrazados hasta la parada de ómnibus. Una vez allí Juan rompió el agradable silencio.

- Bueno Mariana, me tengo que ir. Me encantaría volver a verte.
- No se, va a ser difícil.
- Mira podemos quedar en algo - dijo Juan. -Nos encontramos acá; en este punto, al finalizar el primer partido que se juegue en el estadio de Peñarol.
- Sí dale. - respondió Mariana colocando sus manos sobre los hombros de Juan.-Nos vemos aquí si es que esta maqueta se hace realidad.
El ómnibus de Juan había arribado. Los pasajeros comenzaron a ascender lentamente. Se dieron un beso apasionado hasta que vislumbraron que el ómnibus estaba por partir. Él se subió, no sin antes recordarle su promesa de aquel futuro encuentro. El ómnibus comenzó a moverse, ella persiguió el ómnibus como queriendo alcanzarlo hasta que lo consiguió debido al tránsito, por tanto tuvo que aminorar la marcha y fingir que estaba haciendo su máximo esfuerzo para intentar llegar, hasta que finalmente el ómnibus cobró velocidad y desapareció en una nube de humo producida por el caño de escape del Cutcsa.
Y si, hoy es el cumpleaños de Maradona. Domi festejó intoxicándose como lo hacía el Diego.
ResponderEliminar¡ Suenan maracas !
Psicodelia a full.
ResponderEliminarsabia de un bolso que se habia pegado un tiro en el parque central, nunca supe de nadie que tuviera sexo en un estadio.....imaginario.
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