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Costumbres Argentinas

La costumbre de la superioridad injustificada
Brasil es el país que más copas ha ganado en el mundo, totalizando cinco copas, tres más que argentina. Es verdad, no pudo ganar ninguna de las dos copas que organizó,  incluso a pesar de la ayuda de Nishimura, qué si bien fue bochornosa, tampoco llega a la altura del bochorno del 6 a 0 de Argentina contra Perú en el 78, o la bochornosa victoria de Argentina en Italia 90 contra Brasil gracias a que le dieron de tomar somníferos a Branco. Si fuéramos Ingleses, los reyes de la moralidad, condenaríamos tales actos con la misma severidad que la mano de Suarez contra Ghana, la mordida de Suarez contra Chielini, la mordida de Suarez contra Ivanovic, y el acto  salvaje de racismo de Suarez contra Evra. Tal vez si Tabarez leyera esto, indicaría que tenemos una moralidad barata pero no nos importa.
Podemos además decir que el Brasil Argentina del 90  no fue el único enfrentamiento que tuvieron entre sí por la copa del mundo.  Se enfrentaron otras tres veces, de las cuales Argentina no ganó ninguna, perdió dos y empataron un partido en el mundial organizado por Argentina. De la historia reciente podemos hablar del duelo en la final de la Copa de las confederaciones en el año 2005 en el que ganó Brasil 4 a 1. O tal vez de su enfrentamiento en las dos últimas finales de Copa América entre los dos, la última en el 2007, con un 3 a 0 a favor de Brasil o la del 2003 en la que perdió Argentina por penales.


Creo que aquí hemos esgrimido muchos argumentos para indicar que Brasil ha sido a lo largo de la historia muy superior a Argentina. Solo un Argentino puede creer que es papá de Brasil, en base a lo que hacen siempre, agrandar y exagerar todo. Alcanza con ver tres segundos Fox o a Tinelli para comprender esta exageración en su máxima exrpesión.

La costumbre de perder con Alemania:


Hay algo que no comprendo. Les voy a hacer el siguiente razonamiento. Argentina fue eliminado en los últimos dos mundiales que disputó por Alemania. En el 2006 fue por penales y en el 2010 en un bochornoso 4 a 0 en contra. ¿A qué rival nunca debería querer enfrentar Argentina en el 2014?... Pues es claro que a Alemania pues lo tiene de hijo.  ¿Como se explica entonces la algarabía porteña de la eliminación de Brasil por parte de Alemania? ¿Nunca se pusieron a pensar de que les era mucho más conveniente enfrentar a Brasil? ¿de qué seguramente si ganaba Brasil la semifinal eran campeones del mundo?... ¿por qué entonces tanta alegría?... Me hace imaginar la siguiente escena. Una película de esas de Martes 13, Jason limpiando a todos los que se encuentran en una habitación uno por uno. Solo quedan dos. Cuando Jason agarra al primero de ellos, el segundo se comienza a reír y burlar de como se muere el primero, a pesar de saber perfectamente de que él será el siguiente. Está bien, la muerte de Argentina no fue tan bochornosa como la de Brasil, pero fue muerte igual. 

Esto demuestra también que el argentino disfruta mucho más de la desgracia de Brasil que de su propio mérito. El mérito no menor de conseguir después de 24 años poder volver a disputar una final de mundo. 

La costumbre de la idolatría: Entre el balón de Hielo y el de Coca:





Les pido que hagan un experimento: vean una hora de programas deportivos argentinos, intercalando diferentes programas entre FOX, ESPN, TYC, etc. Le puedo apostar que al menos una vez, van a ver el gol que Maradona le hizo a los Ingleses. No importa en qué época del año pongan la televisión. Les puedo asegurar que lo van a ver. Parece que el Argentino no se satura de esa imagen y lo ven una y otra vez con la misma pasión. Hemos escuchado hasta el hartazgo sin que nosotros queramos los relatos de Victor Hugo de dicho gol. 
En los tiempos de ahora, también soportamos la misma idolatría con Messi. Pero al parecer el argentino está condenado, a qué sus ídolos no sean completos. Mientras Maradona tuvo problemas serios con la droga (tal es así que quedó afuera de USA 94 por esa razón) Messi tiene problemas serios con el protagonismo. Prefiere mantenerse al margen, ser un actor secundario que cada tanto hace una maravilla. Tal vez necesite drogarse para ponerse el equipo al hombro como lo hacía Maradona, o que le inyecten algo de sangre en sus venas, para que al menos cuando no le salga su magia, muerda a alguien. 


Costumbres uruguayas:


Pero nosotros no nos quedamos atrás. Nos creemos los humildes, pero no lo somos. Sumamos copas américas con mundiales y juegos olímpicos como si fueran lo mismo, y en base a ese resultado nos creemos mejor que el resto.  Estamos solamente un paso atrás de los argentinos, pero lo que siempre termina pasando es que cuando damos ese paso los argentinos dan otro paso más para adelante y por tanto siempre seguimos estando atrás de ellos.


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Comentarios

  1. Le enseñamos a alentar al mundo entero en esta copa no se hablo de eso en esta nota

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